Hoy, cuando la Esperanza ultima sus últimos días en la tierra ante sus hijos que la besan y veneran, cuando las casas se preparan para recibir al Hijo de Dios, al del Amor más grande, a la Palabra hecha carne, este blog hace sonar su llamador para decir adiós. No es un adiós ni triste ni pesadumbrado. Ni puede que, quizá, sea un adiós sin regreso, pues sólo Dios sabe los caminos que nos depara. Es un adiós lleno de gratitud. Inmensamendte agradecido a todas las personas que han ayudado a construir este blog, para que existiera un lugar de encuentro cofrade y de información sobre las Hermandades de Madrid. Nos vamos dando las gracias a ellas, las hermandades y cofradías madrileñas, motivo y sustento de este blog, y como no, a sus hermanos que hacen posible que cada primavera la FE se haga presente en nuestras calles, y desde su anonimato, hacen que sus pasos descalzos nazarenos dejen la huella del Amor a los hombres.
Jamás buscamos el reconocimiento con este blog, ni buscamos el enfrentamiento ni la crítica. Nuestro objetivo era fomentar y potenciar nuestra Semana Santa, porque creemos en nuestras cofradías como principios activos de la nueva evangelización. Jamás quisimos hacer daño a nadie, y si lo hubieramos cometido pedimos nuestras más sinceras disculpas.
Por eso hoy decimos adiós, y adiós esperanzado, confiando en el Señor, para que nuestras cofradías sigan su acción evangelizadora. Para dar a conocer al resto de la ciudad el mensaje de salvación. Seguiremos como siempre desde el anonimato, y nos acercaremos a dejar nuestro humilde beso a los pies de Medinaceli. Y se nos encogerá el alma ante la salida de Jesús el Pobre ante la aclamación de su barrio. Y es que continuaremos estando allí, aunque no informemos en este blog. Acompañaremos al Silencio en su Viernes Santo, y volveremos a retirar nuestros ojos, como si fueramos Pedro, ante la mirada del justo que es Divino Cautivo. Nos vestiremos de negro en un Domingo de Ramos que abre sus puertas en San Miguel, con humildes estudiantes que entrelazan sus cirios ante la Madre y el Hijo. Un domingo que puede que muy pronto convierta nuestra ciudad en Jerusalén y nuestra Puerta de Alcalá sea puerta de aquellas murallas tras la cuales hombres, mujeres y niños reciban con palmas a Dios montado en en una borrica. Si Dios quiere, allí estaremos y lo podremos ver.
Acompañaremos a la Madre en su camino hacia al Calvario, en el atardecer doloroso de Santa Cruz, y en su amancer luminoso frente al Convento de las Trinitarias. Nuestros corazones palpitarán al redoble de tambor en la más triste Soledad de San Ginés. Y un Cristo de tez morena, avanzará hacia el sol, entre palmas calés mientras una Virgen Gitana le espera y le reza en casa. Nos iremos a los barrios, al cofrade Villaverde, y al antiguo y veracrucero Fuencarral. Como a otros rincones de nuestra comunidad: Galapagar, Torrejón, Parla...
Su Gran Poder pasará ante nosotros, mientras la luna llena de primavera ilumina su caminar descalzo sobre un manto de claveles rojos. Mientras tanto, la mujer que venció al Dragón, avanzará sobre los pies hacia un mañana de resurreción, que nos devuelva la Fe porque Ella es Nuestra Esperanza.
sábado, 17 de diciembre de 2011
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